Empezando en la Calahorra, teniendo a la vista el Molino de San Antonio(a saber en qué casa de amiguete estará el San Antonio que habitaba la hornacina de la puerta del molino), el Altillo y la tabernilla con su emparrado, la plazuela y el taller de Perfecto Sillero empresario patriarca, que tenía muy buen cartel entre los sindicalistas.
En el balneario de Alhama de Granada me hablaron de su filosofía familiar y cuando hablan bien de las personas será por algo. Luego la descendencia con otros criterios, a lo mejor lógicos, desmantelan la patriarcal empresa, pero ya no está el fundador y por ello a él le debe dar igual. Hoy el Altillo no existe, ni el bar, ni el taller, solo el recuerdo de las cosas.
Cuando hicieron la muralla de lo que popularmente se vino a llamar después la "Avda. de Colecor" (no hace falta explicar el porqué), y luego Avda. de la Diputación nombre actual. Con un enorme cucharón tirado por cadenas desde la orilla, dragaban el rio (sin soto de la Albolafia entonces, ni un solo arbol entre puentes), para utilizar la grava extraída en la construcción del murallón soporte de la citada avenida. Su baranda y asientos son similares a los de la Ribera, por lo que el ingeniero no tuvo que esforzarse mucho en el diseño.
Hoy un bonito paseo discurre unos cuatro metros debajo del barandal, con escaleras para acceder a él en el centro de la avenida, Calahorra y Puente Nuevo. Casi al centro una raja del muro con testigo y vallas de los bomberos, protegen la misma. Frente de la Ribera también se corrió el hormigón del chiste, con aquello del baño de la formicidae desnuda.
Durante el paseo se puede observar el río (es un decir, porque no se ve), que la tupida vegetación de orillas y el soto, y sequía endémica impide ver. Ese fue el lugar que eligió Vicente Aranda de los exteriores aconsejados, para el baño de las mozas en la película Carmen, fácil de acceso, poco profundo y apartado de la vista de curiosos habituales. A pesar de la actuación de limpieza de hace unos años, el soto está si cabe más poblado de vegetación autóctona e invasora.
El primer ojo desde el sur
Es verdad que en el fondo es un pulmón en el centro de la ciudad, y un criadero de aves variadas, aunque yo opino que la vegetación debía de controlarse de alguna manera para que no fuese caótica, pero doctores tienen las instituciones.
Se puede pasar bajo el primer ojo desde el sur del Puente Nuevo y visitar el Molino de San Rafael perdido entre la maleza. La realidad es que es un paseo bonito y cómodo (de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente) que nos permite ver el río y los puentes desde una perspectiva distinta.
Fotografías del autor
Bibliografía de la memoria