SI ERES HOMBRE TE DESCUBRES LA CABEZA Y SI MUJER TE TAPAS LOS HOMBROS

Esta mañana he paseado por la Mezquita-Catedral. En el periodo de entrada libre para todos, no se puede acceder a determinados lugares. Por ejemplo: no se puede acceder al Altar Mayor y aledaños, Coro, Tesoro y Sagrario, los primeros lugares están delimitados con cinta roja y el último con la cancela. La norma a la entrada es que, aquel que vaya cubierto con sombrero o gorra debe descubrirse porque consideran todo el edificio lugar sagrado. A las mujeres en verano –lógico- le aplican lo que llaman decoro y es estimar, el vigilante, cuanto pueden enseñar de los hombros y otros lugares de su anatomía. 

Con lo de los hombros hacen el agosto las tiendas cercanas vendiendo chales. En una palabra está el decoro al libre albedrío de la persona que decide cuánto se puede ver de superficie femenina. Yo recuerdo en mi niñez cuando las mujeres estaban obligadas a llevar mangas largas, escote cerrado y taparse la cabeza con un velo, más o menos como hacen otras religiones aún, para entrar en las iglesias. Hoy en día parece que para las mujeres esa norma se ha relajado algo. No respecto a los hombres. 

Pero cuál es mi sorpresa que veo un grupo de personas con un sacerdote que les servía de cicerone, que a pesar de la cinta roja entraron a la plataforma del Altar Mayor y que entre ellos iba un Sr. con gorra, y no se descubrió en ningún momento. Es decir cómo iban con sacerdote a nadie se le ocurrió decirle que se descubriera, teniendo en cuenta que estaban en el Altar Mayor, y lugar más sagrado no puede ser, como puede verse. Que es un chorrada, pues sí, pero choca.

Las normas y el estirado de estas es cuestión muy sui generis, depende de la interpretación de una persona, o del sentido del decoro de otras. Yo he visto cosas tan peregrinas como que una señora tuvo que taparse los hombros con dos bolsas de basura -no quería comprar el chal- para poder entrar y el vigilante lo aceptó. A otra le obligó a ocultar sus hombros pero aceptó el mini short que era bastante mini. De la puerta para adentro se aplica la norma, debes descubrirte la cabeza si eres hombre –suena a reto- y taparte los hombros o escote si eres mujer. Pero si vas con un Sr. Cura puedes llevar gorra por todos sitios, hasta en el Altar Mayor.