MARINA D'ORS, CIUDAD DE VACACIONES, ¿DÍGAME?

La primera vez que tuve la oportunidad de pasar por tierras levantinas (Fabra y la Barberá eran unos niños, pero ya afanarían presuntamente útiles de colegio de otros compañeros), fue por el principio de los sesenta del siglo XX. El viaje fue en ferrocarril, en el "catalán"que venía de Sevilla, desde la estación de Córdoba, y con el sabor que te dejaba la carbonilla en la boca, enfilar para Alcázar de San Juan, después de haber sufrido la subida de Despeñaperros antes de llegar a la meseta. Luego los vendedores de navajas de Albacete ofrecían su mercancía en el tren, mientras el olor de filetes empanados se esparcía por el vagón, salido de las fiambreras de los pasajeros.

En ese viaje, en Almansa, ardió un vagón y además de tenernos parados mucho rato allí, nos estrechamos más para poder acomodar a los pasajeros del vagón siniestrado. Nunca se me olvidara Almansa por ello, fue vivir un accidente ferroviario en plena madrugada. Después tierras levantinas, y muchos nombres Játiva hoy Xátiva, muchos con el prefijo Al, y otros con el Beni, de clara ascendencia árabe. Y el olor del azahar que inundaba todo. Valencia término, el tren cambiaba el sentido de la marcha, los últimos eran ahora los primeros, mi padre, como siempre, se bajó del tren y este arrancó sin que estuviera en el asiento, estaba al final del tren en el último vagón. Sagunto, a la que aún no le habían robado los socialistas su industria pesada para satisfacer a los alemanes de la UE, y arriba sus impresionantes ruinas gloriosas.

Castellón que entonces era de la Plana, no sé por qué. Y Benicassin, donde un joven Berlanga rodó "Novio a la Vista", basada en una obra de Edgar Neville, con Jossete Arnó y Jorge Vico de protagonistas, y un joven Rodero de galán maduro que enamora a la guapísima Loli, que se deja llevar por el adulto olvidando enseguida al joven Enrique. Una deliciosa película de veraneo de chavales y de primeros amores. Años después una especie de exitoso remedo fue Verano Azul (para mí), con muchas reminiscencias de esa película. Un joven Manuel Vicent, que fue espectador de excepción por ser oriundo de la zona, citaba la presencia de una escultural Brigitte Bardot, buscando ser la protagonista, pero la elegida fue su paisana Arnó. Luego, muchos años después, la Villa Elisa de la Playa "Lindamar"(Voramar) fue la casa de Blasco Ibáñez en la Malvarrosa.

 Marina en la desembocadura del río Chinchilla

Había una zona de túneles que tenía que usar el "catalán" para llegar a Oropesa del Mar, y una enorme llanura hasta Torreblanca. Un entrar tierra adentro la vía buscando rodear el macizo hasta la papal Peñíscola y después Benicarló, para cruzar el caudaloso Ebro por Amposta. Pero nos quedaremos en Oropesa que era nuestro destino, allí está edificado un símbolo del pelotazo del ladrillo. Un esperpento que la llaman Marina d'Ors, Ciudad de Vacaciones, y no puede ser más cutre, hasta para girar al acceso del hotel, el autobús se sube en la acera porque la calle, parece como las de las parcelaciones ilegales, estrechas para aprovechar hasta el ultimo centímetro de la propiedad, que es especulación. Y un desierto de pisos de calidad vacíos, fantasmales, como una levantina Seseña, producto ambas de la misma ambición desmedida y consentida.

Oropel, luces de colores, jardines mal cuidados, y playas poco vistosas. Como un Chiqui Park. Todo montado para el consumo, y precios bastante caros. Tengo un amigo que dice que en invierno aquello es el desierto, no encienden ni las luces de las calles. Sin embargo un colosal balneario, hay que reconocer que bastante comercial, y un hotel de cinco estrellas, extraño en un lugar para niños y mayores del Imserso, para los que derivan. Aquello significó seguro, porque no tendrían más remedio que pagarles, un respiro para los albañiles, lo que pasa es que el ser humano piensa que todo es perdurable y seguro que al final la plusvalía de su trabajo volvió al banco especulador. Ahora no saben cómo colocar tanta vivienda. 

 Fachadas de tiendas

Si no fuera por la convivencia del grupo, aguantándonos cada uno nuestras filias y fobias, eso sí, cuyo saldo final ha sido positivo, la visita al lugar no me merece (reitero, para mí) ningún interés. Sí por el contrario, como punto de partida, o centro de operaciones de índole cultural, muchas de ellas cortas en el tiempo, de visitas a determinados lugares de los alrededores, ha merecido la pena. Peñíscola, es algo más que el Chiringuito de Pepe, que te venden. Claro hay que reconocer que en el 1953 lo fue Benicassim, con la película de Berlanga, y como la historia se repite... Morella, espectacular; Castellón de Fabra, perdón Castelló, una ciudad más; el aeropuerto del abuelo y la carísima escultura de Ripollés, otro señuelo turístico. El tal Ripollés se conoce que al ser el escultor del PP valenciano se ha forrado en la región. Las cuevas de Vall de Uxó comerciales y artificiales cien por cien, con cuatro estalactitas y tres estalagmitas, no hay más, Un agua transparente eso sí.

 Muchos olivos milenarios trasplantados desde otros lugares

Claro, una vez hecho el daño litoral y forrados seguramente algunos, puede ocurrir aquí como con la teoría del caos, si acaban hundiéndose estos sistemas aislados, se puede acabar con el empleo temporal de mucha gente que por lo menos pueden cobrar un miserable (seguro) sueldo durante una corta temporada, personas que no tienen nada que ver con la especulación. Es cierto, por otro lado, que la mayoría de las personas que visitan el lugar se quedan con el oropel, y las luces de diodos de feria permanente, y no entran en nada más, hasta parece les gusta. Pero no lo es menos que estas obras al final las pagamos todos, ya que por una u otra razón siempre está una administración cercana que tiene que facilitar servicios sin contrapartida. 

 El aeropuerto del abuelito

Pero ahí queda, un "disneyland" valenciano, o "chiquipark" que lo mismo que el "aeropuerto del abuelo" son los símbolos del pelotazo, mala gestión, especulación y expolio, de una clase que se había perpetuado en el poder, y tenían (creían posiblemente), licencia para robar al pueblo y que esperamos con ansia se les haya acabado el negocio.