Un grupo de compañeros, la mayoría enamorados de nuestro entrono, tenemos un grupo de WhatsApp (nunca sé cómo se escribe, pronto la Academia lo incorporará y se dirá guasap), que a mi particularmente que la mayoría de las veces salgo sólo al campo me sirve de un indiscutible apoyo, al saber que, por lo menos virtualmente hay unos amigos detrás de la cortina y que, en un momento de apuro te pueden ayudar. Por eso el cierre del recorrido finaliza con llegada al destino, o fin del recorrido.
A la vez desde distintos lugares, otros comentan lo que les sucede en ese momento donde están. En esta conversación que transcribo, cuatro están en Córdoba, uno en Alicante y otro en el norte. Sucede la misma el día ocho de agosto, después de la tormenta de la noche y antes del gran chaparrón de la mañana. Durante el recorrido por el arroyo de Pedroches y durante la contestación a los compañeros, yo me permito relatar por donde voy.
Diálogo del Grupo de Exploradores
Paco. —Arroyo de Pedroches arriba. Buenos días.
Pancho. —Buenos días. Yo saldré ahora a correr. La mañana lo merece.
Paco. —Y la tormenta, menos mal que parece amainar el verano.
Pancho.—Eso espero, las casas por dentro están ardiendo.
Paco. —El abrevadero de quita y pon del camino del antiguo cortijo del Majano, sé que está en el camino, a lo mejor una poda del matorral lo sacaba a relucir, y su mina también.
Al pasar por el antiguo camino de subida al cortijo del Majano, recuerdo ese pilar y su fuente que está allí entre el matorral y el escombro de la cantera.
Pepe.—Buenos días son las cabañuelas.
Paco.—Sí, es verdad, las cabañuelas. Se acentúan los marrones de la tierra mojada y los dorados limpios de la hierba seca.
Los marrones y los dorados.
Paco.—El silencio te hace pensar si estarás sordo, pero un afónico gallo lejano, de la Huerta de D. Marcos te hace ver que no, que aún oyes.
Es cierto, hay un silencio insultante en la mañana
—En la "finca" de mi amigo Juan cada vez hay menos gatos. Pero me llama la atención la cantidad de "bodas" de hormigas en el camino, de las del "demonio".(las rubias eran del señor y la negras del demonio)
La llamada finca es una usurpación huertana del dominio hidráulico del arroyo de Pedroches. La cita de los gatos es por la cantidad que hay en ese lugar. Y la definición de las hormigas una referencia jocosa a secuelas nostalgicas de la infancia.
—El molino de D. Marcos a la izquierda, pero me he parado y el índice de humedad me ha puesto a sudar copiosamente, no se podía respirar bien, hasta me he acojonado un poco.
Fue una sensación fuera de lo normal y muy angustiosa.
El puente del ferrocarril
Paco.—Un obrón.
Acompañaba al envío de la fotografía del puente.
—Pedroches como el ojo de un tuerto.
Lo mismo a la del arroyo totalmente seco.
El arroyo seco
Paco.—A la izquierda la Palomera, a la derecha Pedroches, por el centro la Mesa de la Palomera, he cogido por la calle de enmedio buscando el aire y huyendo de la humedad.
Aquí la decisión de salirme del cauce del arroyo para aliviar el índice de humedad
—En la altura la concentración de humedad es menor y se respira mejor "y más pura la luna brilla".
Y una alusión a D. Juan Tenorio por haber dicho que se respira mejor
—El terreno adehesado de la mesa siempre es bonito. Están cayendo gotas.
La dehesa
Emilio.—Y el contraste del terreno con el cielo encapotado se hace raro, que los disfrutes, buenos días.
Paco.—Me vuelvo pues aprieta el agua.
Pekakos.—Disfruta del agua.
Trujillo.—¿Llueve? Por aquí no parece.
Pancho.—Por el PPConde tampoco.
Mi amigo Paco Agudo y su hija
Aquí me encontré a mi amigo Paco y su hija que iban a subir desde el puente a la Mesa de la Marquesa, comentamos entre muchas cosas durante el rato que estuvimos parados, la sensación de la humedad.
Paco.—Imposible andar por el camino sin ser un hormiguicida. Nunca he visto tantas.
No puedo reprimir el pensamiento cuando veo tantas hormigas a la película del individuo del rifle y la exuberante Eleonor Parker, "Cuando ruge la marabunta"
—En el destino. Buenos días.