Detalle de la mina (Foto Aben Aljama)
Ayer de rebote participé (participar es una pretensión exagerada por mi parte, más bien presencie) en una investigación sobre una mina de agua en Valenzuela. El G40 grupo de espeleología, formado por Rafael Bermúdez, Gloria Lara, Pancho Gamero y Abén Aljama, además del arqueólogo provincial de la Junta de Andalucía Alejandro Ibáñez, Y por parte de Valenzuela el dinámico concejal de Cultura, Ildefonso Ruiz, y el no menos dinámico y erudito Fernando Salas, de Porcuna. Luego se incorporó el Alcalde, Antonio Pedregosa.
Aérea del trazado aproximado(Según datos topo)
Mi participación como no podía ser de otra manera, fue de vulgar o de simple apoyo. Pero a mí me sirvió para conocer la historia de esa bonita villa, de las estribaciones de nuestra provincia con la de Jaén, desde un lugar, el Calvario, en la caída de Cerro Boyero hacía el pueblo, que nos permitía de una tacada, ver Espejo, Torreparedones, Cerro Cantarero y su vértice geodésico, y como no, Obulco o Porcuna. Y conocer parte de la historia gracias a los comentarios de la tertulia que se formó en la boca de entrada, con Ildefonso, Fernando, Alejandro y quien suscribe, que ejerció de oyente.
Pozo
Los compañeros, los verdaderos protagonistas de la investigación y levantamiento de la topografía de la mina de agua, los cuatro citados, formando dos equipos, se introdujeron en el profundo pozo, de cinco tramos de tres metros, lo que es lo mismo quince metros, para proceder cada grupo a investigar y escribir cuanto de interés encontrasen el uno, y el otro levantar la topografía de los diferentes túneles.
Pancho Gamero entrando al pozo
Abén disponiendose a entrar
Rafael Bermúdez tomando notas en el interior(foto Abén)
Ese trabajo les llevó aproximadamente más de dos horas, que a los de arriba, cuando perdimos el contacto con ellos, se nos hicieron eternas, por las consabidas preocupaciones. Dentro recorrieron los distintos túneles, dos de ellos en la cabecera cegados y el tercero que siguiendo la toponimia local, bajaba por la antigua calle Caño, hasta el aljibe hoy patio, y la fuente, además del pilar posiblemente ganadero de transparente agua, de la calle Alcázar.
Abén con las "nuevas tecnologías", lapiz y papel (Foto Gloria)
Una Gloria sonriente
Gloria tomando datos con el medidor(Foto Abén)
Parece que no hubieron hitos de interés geológico en el recorrido, salvo dos accesos desde la calle o algún patio de las casas. Así como que había un túnel principal que, por alguna razón desconocida, quedo inservible y se construyó paralelo al mismo, otros de una no justificada sinuosidad. Parece que este túnel tuvo una reparación en los años cincuenta como figuraba en una inscripción interior. Y el sellado de un aljibe, cuyo recuerdo queda en el patio de lo era el hospital.
Pancho, Bermúdez, Abén, Gloria y Alejandro
Bermúdez, Abén, el autor, Gloria, Pancho y Fernando Salas (Foto Alejandro)
Ahora a esperar las conclusiones de los expertos en forma de informe, y la topografía. Decir que debido a la peligrosidad del acceso a la mina (que la chiquillería había usado en su tiempo para jugar a lo misterioso que tienen siempre los subterráneos) la entrada se selló a continuación con un muro de ladrillo, para impedir la entrada a cualquier intrépido investigador. Y que el trabajo de detalle historiográfico y espeleológico lo está redactando el G40.
Pancho, Bermudez, yo, Abén, Gloria, Alejandro y Idelfonso el concejal
(Foto Fernando Salas)
Cierre del pozo (Foto Fernando Salas)
Luego al finalizar, el intercambio de impresiones delante de un importantísimo lomo de orza, y otras viandas, que degustamos en la terraza del Mesón de la carretera de Baena, e hicimos la topografía adecuadamente, con una temperatura que fomentaba la tertulia cultural, y que me permitió conocer una obra que ya he repasado en primera lectura, de la historia, desde distintas facetas del pasado de Valenzuela.
La fuente
El pilar
Un hermoso pueblo acompañado de la inquietud de su edil de cultura, y compañeros de pueblos limítrofes. Si no fuera porque la muela se la saca quien le duele, quedaría en el olvido histórico de las distintas administraciones. Citar también la inquietud personal que el arqueólogo de la Junta, con una movilidad geográfica, a prueba de muchos kilómetros, siempre demuestra.
Alejandro, Ildefonso, concejal de Cultura, Antonio, Alcalde, Paco, Gloria, Aben y Pancho,
falta Fernando (Foto Fernando Salas)
Y para terminar, aclarar que esto es una simple reseña que, en absoluto puede ni pretende, suplir los esperados trabajos de los expertos.
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Fotos del autor , Abén y Fernando Salas
Aérea de Google y dibujo del autor