Quantcast
Channel: notas cordobesas
Viewing all articles
Browse latest Browse all 1282

ANTONIO DEL CASTILLO EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA, MEZQUITA-CATEDRAL

$
0
0
Grabado del muro oeste de la Mezquita

Y con esta entrada se cierra la exposición abierta por la ciudad, Antonio del Castillo en la Ciudad de Córdoba. La primera visita que hice cuando decidí reflejar toda la exposición en el blog fue a la Mezquita-Catedral y, salvo los cuadros procedentes del Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, que estaban con amplia difusión expuestos en la ampliación de Almanzor pegados a la pared sur del altar mayor, el resto de las obras me hizo pensar en el asunto de los Pokemon, no había nada ni nadie que te dijera dónde estaban expuestas. En el folleto menos.

Obras procedentes de la Fuensanta

Pregunté a los guardias de seguridad y ninguno tenía datos de la ubicación de las obras, salvo las evidentes de la Fuensanta. La referencia era pasear por todo el recinto, toda la mezquita con sus recovecos, y buscar los expositores de metacrilato con el texto de las diferentes obras. Encontré cinco, e ignoro y además no sé donde comprobarlo, si hay más. Fue una odisea encontrar estas. Al lado del altar de la misa de doce (para el que conozca la Mezquita), hay una, en el muro oeste dos más, y en el norte otras. Hubiera sido muy fácil un planillo de la Mezquita y señalar los sitios, pero no se ha hecho.

Ubicación en el muro de Almanzor

A lo mejor la falta de información es un plus especial para tomar la exposición como un juego, por eso de compararla con la busca de los Pokemon de los jóvenes, aún estando de acuerdo que es una herejía hacerlo. Luego están las parroquias, complicado buscar también, es el mismo modelo de desinformación. Salvo en el Palacio de Viana que están muy localizadas en su sala del tesoro. A la vez puedes disfrutar otras maravillosas, coetáneas y contemporáneas nuestras. Y en Jesús Nazareno por la amabilidad de las personas de allí. La verdad es que el trabajo aunque extenso y difícil, me ha permitido conocer algo más a Antonio del Castillo y otros pintores de su época, y sobre todo tener la satisfacción de colaborar con los que se atrevan a hacer el recorrido cultural.


"SAN ACISCLO
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668), hacia 1643- Óleo sobre lienzo

Ubicada junto a la capilla de la Nuestra Señora de la Concepción, es una monumental pintura en la que se representa a este santo mártir, patrón de Córdoba. La obra corresponde a la primera etapa artística de Antonio del Castillo en la capital cordobesa, tras finalizar su aprendizaje en Sevilla. De este modo, en ella se aprecian influencias de reconocidos pintores como Francisco Herrera el Viejo o Zurbarán, en cuyo taller completó su formación.


RETABLO DE LA SANTA CENA
Pablo de Céspedes (1545-1608) Hacia 1595 - Óleo sobre lienzo

Tradicionalmente se ha relacionado esta obra indocumentada con Pablo de Céspedes, siendo atribuida por Pacheco, Palomino y posteriormente por la profesora Raya como una de las obras más importantes del maestro. Se trata del tema principal de un retablo que fue encargado para la antigua capilla sacramental de la catedral cordobesa, cuando la reserva del Santísimo pasó, entre 1582 y 1586, al nuevo y actual sagrario. El momento elegido por Céspedes para la representación del tema es el de la institución de la eucaristía, sacramento que adquirió gran dimensión dogmática y difusión a raíz del Concilio de Trento.


RETABLO DE LA VIRGEN DEL ROSARIO
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668), hacia 1647- Óleo sobre lienzo

El retablo de la Virgen del Rosario se encuentra en la capilla homónima, ubicada en el muro norte de la Mezquita de Córdoba, y fue fundada a principios del siglo XVII por Juan Jiménez de Bonilla, natural de Fernán Núñez y familiar del Santo Oficio. La capilla, de reducidas dimensiones, pues se acomoda en su estructura al espacio de una de las antiguas naves de la Mezquita, presenta un retablo de traza sencilla y organizado en un cuerpo dividido en tres calles, en las que sobresalen las pinturas de la Virgen del Rosario en el centro, San Roque a la derecha y San Sebastián a la izquierda, y un ático presidido por un lienzo que representa al Crucificado. Todas las pinturas fueron realizadas por Antonio del Castillo en la década de los años 40" del siglo XVII.



MARTIRIO DE SAN ESTEBAN
Juan Luis Zambrano (H.1590-1639) Hacia 1630- Óleo sobre lienzo

Juan Luis Zambrano es uno de los pintores más interesantes del foco pictórico cordobés de Seiscientos. Su estilo se orienta en la dirección tenebrista y expresiva de la escuela sevillana del primer cuarto de siglo XVII, dentro de la órbita de Juan de las Roelas y de Francisco Herrera el Viejo, con una producción ajena, por tanto, a la estética tardomanierista de Pablo de Céspedes y su núcleo. Durante su estancia en Sevilla entre 1620 y 1625, el artista aprendió el modelado duro y monumental; su dibujo es correcto y tiende a emplear colores brillantes que dotan a sus personajes de gran corporeidad y fortaleza. Con Zambrano se materializa la complicación barroca aprendida de Roelas y el gusto tenebrista, abriendo paso a la vía naturalista que desarrollarían décadas después, en la ciudad de Córdoba, Antonio del Castillo, Valdés Leal o Sebastián Martínez, entre otros.


INMACULADA CON SAN FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668), 1652-1654- Pintura mural

Convergen en esta obra muchos de los elementos que caracterizan la madurez en la primera etapa del artista, la monumentalidad y aplomo de las figuras derivadas de Céspedes; una simetría casi obsesiva y, especialmente el uso de modelos reales para construir los personajes religiosos que imprime ese particular tono doméstico a su pintura devocional. Ello es visible no solo en los rudos tipos faciales de los apóstoles, también en el rostro sin idealización de la Virgen, que tiene en el pañolón al cuello la seña más notoria de esta rusticidad. Con todo, parece excesivo el juicio de Zueras de que las Inmaculadas de Castillo son las más vulgares de todo el barroco. Este tipo terre-à-terre no ha podido soslayar cierta consideración despectiva, quizá más que por su conservadurismo, por la contradicción de imprimir cualquier atisbo de profanidad al sentido de pureza que encerraba la doctrina, menoscabando así el carácter triunfal que reclamaba la imagen. Junto a esta rusticidad física, destaca también la quietud, rasgo de la manera pictórica de Castillo que contrasta con el dinamismo reinante, más si cabe, en esta iconografía. 


INMACULADA 
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668), 1660-1665- Óleo sobre lienzo

Aunque en 1992 Nancarrow consideraba que "probablemente" esta Inmaculada, traslada al retablo de Santa Marta en 1986, no pertenecía a Castillo (aduciendo la opinión de otros scholars), fue incluida en el catálogo de 2004. Aquí las Inmaculadas de Castillo se cifran en nueve pinturas y, al menos, tres dibujos. La mayoría siguen conservándose en la ciudad de Córdoba: tres de ellas en la Catedral (a las que había que añadir una cuarta en el envés de los lienzos que configuran el retablo de la Capilla de San Miguel, según Nieto); mientras que otras tres se encuentran en colecciones particulares fuera de la ciudad.


OSIO DEFENDIENDO A LOS CRISTIANOS
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668),  1660-1665- Óleo sobre lienzo
Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta

Antonio del Castillo pintó en Córdoba a Osio defendiendo a los cristianos cuando no había precedentes iconográficos al respecto en todo el arte español, siendo una temática inédita hasta el momento. En el siglo XIX la ciudad de Córdoba erigió una escultura del prelado frente al convento de Capuchinos, con un relieve en su base muy parecido a la obra de Castillo. La pintura pertenece al conjunto de obras del artista que fueron legadas al Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta por la familia Valderrama en el siglo XVIII. Al igual que el Martirio de San Eulogio, en el mismo Santuario de la Fuensanta, o el Martirió de San Pelagio, lienzo que pintase para un luneto de la Catedral cordobesa, son obras pictóricas muy del gusto barroco de la época. Castillo pretendió agradar con ellas a compradores cordobeses, recogiendo paisajes locales o desarrollando sus escenas en interiores sencillos y acogedores, de ámbito doméstico o palaciego. 


ADORACIÓN DE LOS MAGOS
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668), hacia 1643- Óleo sobre lienzo
Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta

La Adoración de los Magos es otra de las obras de Antonio del Castillo que componen el legado de Valderrama, testadas por la familia al Santuario de la Fuensanta. El conjunto lo componen cinco cuadros de idénticas dimensiones que responden a un formato medio. En este caso, se desarrolla una escena popular de temática religiosa extraída del Nuevo Testamento en un lienzo, una vez más, en disposición horizontal, que incremente así el sentido narrativo de la obra. El Evangelio de San Mateo recoge el pasaje del nacimiento de Cristo y, tras su alumbramiento, relata como llegaron de oriente tres magos guiados por una estrella a un humilde establo en Belén. 


MARTIRIO DE SAN EULOGIO
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668) Óleo sobre lienzo
Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta

El Martirio de San Eulogio es una obra temática religiosa de carácter narrativo. Forma parte del legado Valderrama, junto con una serie de pinturas sin ninguna conexión temática entre ellas, dato por otro lado contradictorio, ya que, cuando Palomino cita a Castillo, elogia las "historiejas de medio formato superior" sobre la pasión y martirio de los apóstoles. (...) El artista cordobés representa en este lienzo el instante de la decapitación de San Eulogio.


INMACULADA NIÑA
Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668), hacia 1660- Óleo sobre lienzo
Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta

La Inmaculada niña es una obra de madurez del pintor Antonio del Castillo, fechada hacia 1660. Por sus idénticas dimensiones y como dice Palomino, el lienzo podría formar conjunto con otras cinco piezas de Castillo, a excepción de la Conversión de San Pablo, que con motivo de esta exposición ha sido sometido a un proceso de restauración tras el cual se ha puesto en entredicho su autoría. El formato de la Inmaculada niña es horizontal y está articulado por la imagen de la Virgen en el centro de la composición."

Información de la Exposición por la ciudad de Córdoba:

Viewing all articles
Browse latest Browse all 1282

Trending Articles