Puente califal del Guadiato cara sur
Ayer día 20 entrada oficial de la primavera, aún a pesar de que en muchos lugares es todavía invierno, hice con Paco -un buen amigo-, un recorrido por los cuatro puentes de la zona de los Arenales, el llamado romano del Guadalnuño, el califal del Guadiato y el actual de la carretera, además de lo que queda del que estuvo en servicio antes. Ambos en la antigua Vereda del Pretorio. Ya había estado en los dos primeros allá por el 2010, hace la friolera de ocho años, que es la fecha de las entradas en el blog. La visita exclusiva a los de los Arenales fue en 2015. Sin menoscabo de otras visitas por los años sesenta del pasado siglo.
Plano de IGN de la zona de los arenales
Desde el puente de los arenales actual, cauce abajo
Desde el puente de los arenales actual, cauce arriba
No he encontrado referencias exactas de las fechas de puesta en servicio de unos y otros, referido a los contemporáneos nuestros, pero en unos planos de 1898 se pasaba por el romano y Califal para la ruta de Córdoba a Villaviciosa. En otros planos de 1929 ya se utilizaba el actual de los Arenales. En 11 de marzo de 1916, dejó de usarse el califal pues un temporal lo destruyó y no volvió a repararse, por lo que lleva 102 años sin uso. Una crónica del diario Córdoba del 16 de marzo, dice que dejó a rancheros y piconeros sin poder pasar el Guadiato por ahí. Deberemos estimar que se usaría poco después el derruido aguas abajo del actual. Con esos datos podemos aproximarnos a la fecha.
El puente romano del Guadalnuño, al fondo el cerro Los Riscos
Cara norte del puente romano del Guadalnuño
Otra vista del puente romano del Guadalnuño
Ni que decir tiene que el califal y romano estaban en uso, cuando la alegre hermana del rey de Portugal y su séquito vino a Córdoba a casarse con Enrique IV, el llamado el impotente. Cuyo matrimonio real con Blanca de Navarra fue declarado nulo, por no tener descendencia o no haberse consumado. Luego fue acusado en el Sálvame de esa época, de que su hija con Juana, a la que llamaron La Beltraneja, no era suya. Cuando Juana pasó por allí, corría el año 1455, siglo XV. Lo lamentable es que la historia de estos puentes es inmemorial y el estado actual penoso, a pesar de que son BIC desde el tiempo que declararon tantos Bienes de Interés Cultural, para dejarlos a merced de los tiempos.
Sendero al puente califal del Guadiato
Plantación a la orilla del Guadiato
El majestuoso puente califal
El Guadalnuño corre con un impetuoso caudal antes de tributar en el Guadiato y ambos cauces contribuyen al llenado del alicaído Breña II que buena falta le hace. Y lo mismo decir del Guadiato. El campo exultante, una verdadera explosión se va a producir en el momento que el sol esté apretando unos cuantos días. Entramos pasado el antiguo punto kilométrico 17 de la CO-110, 12,300 aproximadamente, de la actual CO-3405, camino de entrada a la finca que, en el catastro, está señalada como Villares Altos. El Guadalnuño es frontera municipal con Villaviciosa.
Vista de los ojos caídos
La cara norte del puente califal
Siempre que estás a la vista del puente califal del Guadiato te preguntas, ¿para qué un puente de esa categoría, en ese lugar? Es cierto que si bien fue una ruta importante en tiempo del Califato, no cuadra del todo su magnitud, nueve arcos y una considerable altura, para acabar en una pared casi vertical. También lo es que el tiempo ha borrado los caminos a ambos lados pero presenta para los profanos muchas incógnitas. Sus razones tendrían desde luego los constructores. Por otro lado si consideramos el anterior puente romano, éste debería tener algo de esa época porque el Guadiato tendrían que cruzarlo también los ciudadanos del imperio, hace dos mil años.
Otra vista de la cara norte del puente califal
Pista del margen izquierdo del Guadalnuño y Guadiato camino del de los arenales
La vuelta, hasta el actual puente de la CO-3305, la hicimos por el margen izquierdo, primero del Guadalnuño y después del Guadiato, una bonita pista con tallada caja lateral, que se transforma en sendero molesto, a mitad del recorrido, con varios árboles caídos que dificultan el paso y que fueron causa, uno de ellos, de una caída, que me llevó a dar con el lugar donde la espalda pierde su noble nombre, en el duro suelo. Una herida de zarza en la cara, aparatosa por la sangre, pero sin consecuencias y un coxis dañado para un poco tiempo, fue el resultado, no fueron óbice para continuar el recorrido,
Las entradas del Blog de los años 2010 y 2015 citadas:
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