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Y AL FINAL LA COLECISTECTOMÍA

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Hoy hacen siete días de la intervención quirúrgica sufrida por mí, colecistectomía, llevada a efecto por el sistema novedoso y poco invasivo llamado laparoscópica. Para no perder la costumbre, dos mujeres, dos cirujanas, las doctoras Eloísa Ruiz López e Irene Gómez Luque, han sido las que la han llevado a efecto, dentro de la Sanidad Pública. No recuerdo el nombre de la anestesista pero también es mujer. Se confirma con ello que el porcentaje de mujeres en la sanidad pública es abrumador.


Los momentos previos a la intervención, son los más complicados para el estado anímico en el que te encuentras. Cuando te llevan al quirófano y dejas de ver a tus familiares presentes, no puedes evitar el pensar si los volverás a ver, si entrarás en ese mínimo porcentaje negativo de la anestesia general. Es lógico. Luego una vez dentro, el pase de la cama a la camilla, yo lo hice de forma personal, sin el uno dos tres. Después la visión de una mascarilla plástica, que después de una serie de aspiraciones te deja dormido profundamente. 


A partir de ahí, si hay un  tránsito fatal, no te darás cuenta de nada, eso es lo bueno. Si la cosa se desarrolla normalmente, te despertaras en una amplia sala, que a mí me resultó caótica. En mi caso lo primero que oí fueron reclamaciones laborales del personal que estaba en la sala de recuperación. Lógicas por las reducciones de personal que llevan a la plantilla de profesionales a duplicar esfuerzos, para contrarrestar las carencias derivadas de la política de gestión de la sanidad, en este caso andaluza. 


El trabajo en el interior ha sido: cuatro puertas de entrada, se han encontrado un hígado esteatosico, es decir con grasa, la colelitiasis y obesidad. Después han diseccionado el triángulo de Callot, donde está la arteria y conducto cístico, tras realización de una visión crítica de seguridad. Clipaje de los mismos y sección. Después la colecistectomía. Una revisión de hemostasia y la extracción de pieza mediante endo-bag, artilugio por medio del cual se saca el material por el puerto umbilical, con su cierre posterior. Por eso la zona umbilical es la que más duele, por ser mayor y además por ser una cicatriz antigua, la mía de 71 años.


Luego estás ajeno de lo que hablan las cirujanas o cirujanos con la familia, aún no te tienen en cuenta. A ellos los han tranquilizado que todo ha salido bien, pero tú, todavía no sabes de cómo ha ido la cosa. No recuerdo si después hubo una visita de la cirujana a la habitación, sí, por el contrario, la hubo al día siguiente, cuando te llevaron las pautas a seguir para la recuperación que, en líneas generales son: Deambulación precoz, o lo que es lo mismo moverse, evitar la ingesta de fritos y grasas, curas diarias con betadine de las heridas, y tratamiento con analgésicos si lo necesitas. Y retirada a los doce días de los agrafes en el Centro de Salud. Falta la revisión al mes más o menos de la intervención que cierra el capítulo.


Luego está lo de siempre, lo que nunca falla, la cercanía de la familia y la de los amigos, a los que no puedes agradecer bastante su apoyo y ánimo. A unos más que otros desde luego. Están los que se han olvidado de pequeñas tonterías -aquello que Alberto Cortés cantaba: "A los amigos les adeudo la paciencia, de tolerarme mis espinas más agudas, los arrebatos del humor, la negligencia, las vanidades los temores y las dudas"- y te han demostrado su cariño por encima de todo. También están aquellos que se les ha visto el plumero, no los que no se han enterado, sino los que lo sabían pero han llevado su rencor personal al extremo de ignorarte exprofeso. Estos últimos con su pan se lo coman, a los primeros muchas gracias, que nunca podrán ser bastantes. 


Es posible que alguien piense que le esté dando mucha importancia a unos hechos, la intervención, nada comparables a las muchas que se suceden y de notable gravedad, pero en mi descargo he de decir que, es la primera vez que estoy en una situación similar. Aunque no hay que olvidar que una pancreatitis derivada de una miserable piedra de la vesícula es una cuestión de notable gravedad. Ahora recuperar el tono muscular perdido con la inactividad, que te desaparezca el color de chocho de mona de la falta de sol, y sobre todo adquirir confianza.

Fotografías y vídeo de Internet

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