Cartel de la exposición
Hace tiempo, tuve una conversación con un amigo, en la que me comentó algo sobre unas fotos que tenía en su poder de la fototeca de su abuelo, un eminente arquitecto municipal, relacionadas con una exposición que se celebró en los jardines de la Victoria, junto al hotel que llamaremos muchos siempre, el “Palas”, antes de la construcción de la Guardería, y que ahora se llama Eurostar-Palace. La exposición fue titulada de Arte Marroquí, y conllevó la construcción de un poblado árabe adicional -procuro siempre usar lo menos posible la palabra "moro", o entrecomillarla, por estimar que esta es peyorativa-. Se celebró en 1946. A raíz de la citada conversación, recordé haber visto un trabajo de otro buen amigo y lo busqué.
Boceto de Victor Escribano
El primer amigo es Lucho Valdelomar, arquitecto; que después donó las fotografías de su abuelo, que fue Víctor Escribano Urcelay, arquitecto también, a la joya de la corona municipal, tanto en categoría como contenedor de nuestra historia cercana, como en la profesionalidad de su personal, el Archivo Municipal de Córdoba, acto al que lamenté que, fuerzas mayores, me impidieran estar presente; y el otro buen amigo José Manuel Recio, catedrático de la UCO, y su trabajo: “La exposición hispano-marroquí y el poblado moro de la Avenida de la Victoria de Córdoba de 1946”, Publicado en “Al-Mulk: anuario de estudios arabistas”, Nº. 6, 2006, págs. 193-206.
Cartel de Feria de Mayo 1946, de Ojeda
Estos son los datos bibliográficos y certificados de amistad y admiración con los protagonistas. El meollo de la cuestión es un período negro de este país, en el que había que agradecer de alguna manera los servicios prestados por el Sultanato de Marruecos, en ese triste tiempo, en el que muchos de sus oriundos fueron guardia pretoriana del dictador y sobre todo el terror que sembraron durante tres años en España, gracias a los halagos machista-criminales radiofónicos de un miserable, que figura como visitante ilustre de la exposición, y al final -ya sabemos aquello de San Martín y noviembre-, sus restos los acogió la iglesia católica en una de sus sucursales sevillanas que, para no perder la costumbre, puede repetirse.
Una fotografía del poblado (Archivo Municipal de Córdoba)
Los que nacimos un año después de la exposición, conocimos de niños el lugar del hotel “Palas”, de solar –se inauguró diez años después, en 1956-, y luego con su "moro"en la puerta, su piscina figura de riñón, utilizable por el público del exterior en el estío, nos hacemos una idea, viendo las fotografías, de lo que tuvo que ser esa exposición y los proyectos de futuro que no se llevaron a cabo. He tratado de ver alguna reminiscencia en la moderna guardería infantil que ocupó sus terrenos, y parece que alguna queda, pero no está visible, aunque parte de la construcción creo que se aprovechó. Hace nueve años 15 de diciembre de 2009, publiqué una entrada en este blog, “El "moro" del Hotel "Palas"”, de la que extraigo el siguiente párrafo:
Una calleja del poblado (Foto Archivo Municipal de Córdoba)
“De niños era un espectáculo ir a ver el “moro” de la puerta del “Palas”. Su capa, su turbante..., en suma, la clásica vestimenta a la que nos tenía acostumbrados el General con su guardia de “corps”, hacía las delicias de la chiquillería. Lástima no haber encontrado una fotografía adecuada del “moro” que garantice el título. Hubo también una época, coincidente con la guerra colonial de Sidi-Ifni, en la que el exacerbado nacionalismo local, los "patriotas de siempre" consideraban al portero como culpable de la guerra y fue apedreado, sin saber que era un trabajador cordobés que tenía que ganarse las habichuelas vestido de esa guisa, hasta que al final desapareció, posiblemente en evitación de males mayores.”
Vista del poblado y el estanque (Foto Archivo Municipal de Córdoba)
La guerra de Sidi-Ifni, fue una gran desconocida por la población española. España se había anexionado el territorio por medio del Tratado de Wad-Ras y con el tiempo ésta fue otra de las grandes sangrías de vidas de jóvenes españoles, que ha sido siempre el norte de África. Mucha sangre para nada, como ocurre en todas las guerras, pero los orondos generales, firman las cesiones o los armisticios y ellos ni un arañazo. El 21 de noviembre de 1956, empezó el conflicto y en 1968 se le entrega a Mohamed V. Parecido a lo del Sahara, aunque esto último fue mucho más vergonzoso, se abandono a un pueblo entero, eso sí, el bocado en los fosfatos de “Fos Bucraa” lo daría quien fuera.
Muestra de la Exposición (Foto Archivo Municipal de Córdoba)
Lo que de niño yo conocía de Marruecos, lo sabía por las reminiscencias de mi tío Rafalito, suboficial de Ingenieros en Tetuán, y mi tío Pepe de Infantería, en campaña por esos territorios. También por el periódico España de Tánger que compraba mi padre. Todos nuestros tíos carnales, tres sin hijos, no sobrevivieron a sus parejas, por lo que lo poco o lo mucho, la política o el político, lo legó a sus carnales. Luego de mayor, estuve una vez en Ceuta, a comprar una cámara de vídeo y un transistor, siendo detenidos en la frontera de Algeciras por culpa de un compañero, pero todo fue un malentendido. Muchos años después, hice un viaje en autobús por Ceuta, Tetuán y vuelta por Tánger. Nos quitaron los DNI, en la frontera de Ceuta, los aduaneros marroquíes y viajamos indocumentados por esa zona.
Concierto en el Círculo de la Amistad (Foto Archivo Municipal de Córdoba)
Al final no comento nada de la exposición, porque prefiero que lean el sustancioso y detallado trabajo del Prof. Recio, y disfruten de las fotografías del arquitecto municipal, Víctor Escribano, abuelo de Lucho. Y que esta entrada sirva para que los curiosos investiguen más sobre este acontecimiento que cumplirá ya mismo 73 años, y sobre todo sepan que en la parte sur de los Jardines de la Victoria, junto al actual hotel, en parte de los terrenos de la Guardería, se construyó un poblado árabe y se celebró una Exposición de Arte Marroquí que tan literariamente dibuja José Manuel Recio en su trabajo:
Visita a Medina Azahara (Foto Archivo Municipal de Córdoba)
“El poblado moro construido para dar sede a la citada exposición fue obra del joven arquitecto municipal Víctor Escribano Urcelay, y se ubicó en el Paseo de La Victoria. Parece ser que lo llegó a realizar en unos 18 días, basándose en apuntes tomados en Tetuán, ciudad que visitó en el mes de marzo como miembro de la comisión municipal antes comentada. Tanto en el archivo municipal como en el colegio de arquitectos de Córdoba el proyecto original del mismo no ha podido ser localizado. Alminar, morabito, estanque central, tenderetes, callejas con espléndidos empedrados, palmeras y otra vegetación, etc., constituyeron los elementos más representativos de este pequeño poblado. Entre los gremios presentes en la exposición existieron fabricantes de faroles, de carteras, pinturas y bolsos; tejedores, babucheros, plateros, bordadores, dulceros, y bandejeros.”
Fotografías del Archivo Municipal de Córdoba AMC
Bibliografía citada del trabajo del Prof. Recio Espejo