A la derecha el sanatorio La Purísima, esquina Gran Capitán
Ayer recorrí prácticamente toda la Avenida de América, desde la salida del túnel de la Avenida Parque hasta el Pretorio, y casi toda es un jardín, salvo el tramo de la antigua Estación de Cercadilla, punto de partida de la antigua línea de la sierra, que ahora es la nueva estación, con una ligera visión de mayor atentado arqueológico acaecido en esta ciudad, para adecuarse al ego y los fastos socialistas del 92 ¿No se podría haber hecho la estación al otro lado del antiguo viaducto de la antigua Electro, ya salvado el yacimiento? No, había que destruir lo que hiciera falta, era un grano todo esto en el miserable ego de González y Borrell.
Calle Los Omeyas, al final la estación de Cercadilla
A la izquierda escalones de la estación de Cercadilla
Recordé cuando al desmantelar la estación nos echaron en el alcantarillado los restos del gasoil de unos depósitos de muchos años, miles de litros, creando en la Ciudad Jardín una psicosis con el olor por los caños, cuyo origen sólo conocían contadas personas, y algunos el posible peligro, ya que recordaban un accidente en ciudad de México con un episodio similar, bien es verdad que allí fue gasolina que es más inflamable. Ese episodio nos tuvo en vela toda la noche hasta que bajaron los niveles de gases por las cinco de la mañana. Agua en el alcantarillado y una vigilancia fueron la pauta.
Desde la esquina del paso nivel, a la derecha los depósitos citados
Cuando el paso a nivel era el único de la Alta Velocidad
Paso a nivel como estaba casi siempre, echado
La antigua estación de Cercadilla, conocedores los dirigentes locales cuando se construyó, de lo que almacenaba el subsuelo de ese lugar, tal y como lo publicó la Real Academia en su boletín. Por lo tanto al construir la nueva estación sabían lo que se iban a encontrar debajo. No pueden alegar sorpresa. A la derecha el barrio frente a la estación es un barrio moderno y las casas de “trato”, como las llamaba mi madre, y los clubs de alterne como se llamaban normalmente, los establecimientos, han desaparecido, porque los flujos de índole del comercio del sexo se han difuminado y salido de los antiguos guetos.
Anuncio del Estadio América
Báscula de los Jardines Bajos
Luego a partir de ahí por la acera norte una larga parilla, de arquitectura del XIX, con alguna puerta esporádica para entrada a talleres. A la derecha otra pared y árboles gigantescos daban sombra el Estadio América, un campo de fútbol del Regimiento de Artillería 42, y la Brigada de Defensa Operativa del Territorio (DOT), que en los tiempos románticos del fútbol se usaba, como otros estadios, el de la Electromecánicas o el de San Eulogio, en el Campo de la Verdad, por citar dos de ellos. Paso a nivel de las Margaritas, eterna parada si ibas a los barrios del otro lado, rara era la vez que no estaba echado el paso a nivel, y muchas veces los dos, el citado y el de la línea de la sierra.
Grabado de la inauguración de la Estación 1861
Frente a la estación Hoteles Granada y Montes
Este paso a nivel tuvo el record de ser el único de la línea de AVE, que existió con la línea en servicio. En la esquina estaba el cartel que señalaba la distancia a Santa María de Trassierra. A la derecha los Jardines de los Patos o Agricultura. La Rosaleda y terreno de amores pagados baratos delante. El depósito desaparecido, otro atentado al patrimonio y a la historia, el Fielato y báscula, que afortunadamente aún queda en la esquina de la Avenida de Cervantes. A la izquierda la plazuela de la Estación Central y el monumento a San Rafael que antes estuvo en la puerta del Alcázar (Cárcel Militar) y luego se varió de lugar donde miraba el Arcángel un par de veces.
El criminal daño arqueológico
El ambulatorio esquina Diputación o Convento de la Merced
A la derecha la zona de bares casi hasta el amanecer y pensiones al abrigo de la Estación. El Montes, Granada, etc. Establecimiento de Miguel López García (Miloga) en la esquina del Gran Capitán, hoy oficina de ING Direct. Frente, el Sanatorio de La Purísima, De los doctores Luque y Altolaguirre, que abrió en 1918 y cerró en 1981, donde nació mi hijo mayor el día del terremoto del siete de agosto de 1975. A la izquierda ya acabada la parilla, había unos enormes y simples bloques con unos patios de acceso, habitados por familias ferroviarias.
La Ermita del Pretorio, los pisos de Renfe y el viaducto
Casa el Panza y camino de la Plaza del Moreno
A la derecha a lo largo del tiempo el hotel Gran Capitán y el ambulatorio de la Seguridad Social. La Ermita del Pretorio y frente el Viaducto del Brillante, los dos viaductos, el primitivo y el posterior. Y donde hoy existe un moderno edificio el Bar Montes, o Casa el Panza. Y a la izquierda actualmente un gran llano con un minúsculo monumento a Séneca, y una enorme bandera tan grande como la hipocresía de algunos patriotas que la pusieron, en la que están siempre envueltos. Fin de la Avenida de América.
NOTA: Seguro me dejo detalles porque la redacción es de memoria y esta no es ya tan buena.
Fotografías de Internet y AMC
Bibliografía de la memoria.