El dieciocho del corriente, lo que para la gente normal es un paseo, para mí fue una proeza, subir de una tacada, con un buen amigo Pepe Serrano, de próximo DNI al mío, uno detrás del otro, con la separación del tiempo de desplazamiento, dos montes de más de seiscientos metros, de nuestro término municipal. Cuestión que me hizo sentirme bastante satisfecho.
Plano de cotas con expresión de la ruta en naranja
Inicio del recorrido
A la derecha la cerca de Villa Alicia
TORREÁRBOLES
Subimos primero Torreárboles, el que se ve desde cualquier lado de la ciudad, el que siempre está presente en el horizonte serrano. Coche hasta detrás de la antigua venta del Puerto de Las Malagueñas, y desde ahí sin abandonar el sendero GR-48, que discurre junto a la valla de la finca Villa Alicia, entre jara pringosa, coscojas, y mucho labiérnago, además de tramos bastante pedregosos.
Rincón de un puesto de caceria y la mierda que el "defensor del medio ambiente" dejó en él
La nueva N-432
La valla nos acompaña todo el sendero
A pesar de la pendiente, no dejamos de hablar, lo que supone una negatividad añadida, en este caso por el consumo de oxigeno, pero como hablábamos de lo divino y de lo humano, mereció la pena. En cada parada el disfrute del paisaje que es verdaderamente maravilloso. Desde las colas del pantano del Guadalmellato, hasta la esquina de las Ermitas, toda la cornisa serrana. Y lamentar la mierda que había en un puesto de cacería, botellas, cartuchos y plásticos, amén de la contaminación por plomo, estos que dicen que cuidan el medio ambiente
Zona más pedregosa antes del collado
El collado
En el collado las vistas al norte, Villa Alicia y el embalse
Abajo el valle del Guadalquivir, aunque el horizonte estaba brumoso, cosa que nos supuso una cierta contrariedad. La cuenca del Pedroches, Salmerón o Santa Sofía, Huertas de Cabra, San Enrique, Albarizas, Los Pradillos, Meseta Blanca, Valdegrillos, Villares, Santo Domingo, Casa de Porras, la colonia de pino canario hasta llegar a ella. La cuencas de los arroyos Balanzonilla y Santo Domingo, por el este, y las de Villares, Ventilla, Porras, Barrionuevo y Santo Domingo por el oeste.
La torre y el vértice
Toda la parafernalia al pie del vértice.
(A mi me gustaría poner una bandera republicana pero por respeto a los demás no la pongo)
Arriba del todo, aún más espectacular, porque la visión se amplía al norte, montañas como, Riscos de Vera, Cruces, El Sordo, Chimorra, Pico de la Perdiz, llanos del campo de tiro de los militares, ocupado con prácticas. Castripicón al oeste, y Pedro López. Abajo por la vertiente norte Villa Alicia, de pleitos por usurpación de caminos, y su caserío con su lago. La placa geodésica que señala el vértice, que a la vez avisa de que es intocable. Los restos de la Torre que da el nombre al pico.
La torre vigía de Los Villares. A la izquierda Pedro López señalando a Castripicón.
(Ampliar para ver)
Una especie de pileta excavada en la cima
Y como no, en las alturas un altar, una virgen del Carmen que es más marinera que serrana, según los católicos. También ahora hay un placa con un verso, el "Cantares" de Antonio Machado, pega más por aquello de hacer camino al andar, aunque después los usurpen las oligarquías agrarias. Flores de plástico, e incluso un folleto de papel, y grafitis. Nos hicimos fotografías en el vértice.
Las nuevas tecnologías ocupan las alturas
El profundo barranco, nacimiento del arroyo de Santo Domingo
Le comenté a Pepe como una mañana de verano, temprano, estaba solo en el cortado, disfrutando de unas nueces, de repente apareció un parapente que venía de la zona de las Ermitas, se arrimó al pico, paró un momento sobre el abismo, nos dijimos buenos días y adiós, y continuó su vuelo por la vertiente del Pedroches. De tebeo. O como mi amigo Abén, dejó sorprendidos a una pareja que estaba en la cima, cuando apareció por el cortado vestido de neopreno, después de haber subido el cauce del arroyo de Pedroches.
O cuando subieron la casilla de Protección Civil con un helicóptero. O la subida con un Land Rover, con Miguel Serrano y José Antonio Cantos, por el cortafuegos, del que me bajé inmediatamente que iba cogiendo la verticalidad, todo ello cuando estábamos muy implicados en el ambiente de la radioafición. O el susto de una mañana, casi amaneciendo cuando detrás de la alambrada en el collado me di de cara con dos ciervos. O el susto de Julio Galisteo, cuando corría -de un lado a otro como un loco- diciendo que le había picado una víbora, cuando subíamos Torreárboles por la vertiente norte. Fue una avispa terrera. Múltiples anécdotas.
Los dos "alpinistas"
Pepe en el vértice
Algunos datos de Torreárboles: Se inicia la subida de 1.035 m. en la cota 565 m. en la cota 642 hay un collado que baja unos 15 m. en 200 m. de longitud y luego vuelve a subir hasta la cota final de 692. 127 son los metros de desnivel total que, menos 15 de la bajada, nos arroja la cantidad de 112 m. de subida reales. La media de desnivel es 12,27%. Es un vértice geodésico.
Quien suscribe en el vértice
Un deteriorado trozo del sendero en la bajada
Desde la vertiente oeste
Una vez abajo, ya en el coche, pensamos subir a Pedro López, al que Pepe no había subido, y a mí se me resistió, ahora son cuatro veces las que lo he subido, además de los dos intentos fallidos. Vehículo y camino de Pedro López por la carretera de los Villares. Comentarios sobre los caminos que desembocan en la carretera de los Villares, y que bajan al valle o circulan paralelos a la carretera. Lagar de la Cruz, camino del miriámetro -desconocido por todos- de la carretera de Villaviciosa, para bajar al Raso Malanoche.
Desde el lago de las Jaras, los cuatro cerros del conjunto;
537 m. (de la Víbora), 541 m., 594 m. y 659 m. (Pedro López)
PEDRO LÓPEZ
En el Raso de Malanoche, dejamos el vehículo en la urbanización, a la derecha hay una calle que tiene el campo de fútbol a la izquierda. A la derecha está el zarzal donde está la alcubilla del Raso Malanoche. Una pequeña subida nos lleva a la antigua casilla de los peones camineros. Otro chalet a mano derecha con unos escandalosos cancerberos pequeños. Se ganan bien el sueldo. A doscientos metros por ese camino con cicatrices de cuando llovía, a la derecha tenemos una pequeña cantera, y una senda, que es la que cogemos.
Camino circular previo
Inicio del sendero a la cantera de media ladera
Entramos en un pinar y mucha jara. Curvas a derecha e izquierda y el cónico Pedro López nos espera hacia el noreste. A unos 650 m. por ese sendero nos encontramos un pequeño llano y a la derecha un montón de piedras nos señala la senda entre la jara. Esas señales de piedra nos las vamos a seguir encontrando por el camino. En la cota de 580 m. estamos en una pequeña meseta, es el collado, entre Pedro López y el anterior cerro de 594 m.
Sendero entre jara blanca y pringosa
Espesura del sendero
Ese collado discurre entre los 580 y 590 m. Seguimos subiendo a los 610 hay otro pequeño descanso. Muchos restos de talla de diferentes piezas de granito, adoquines y losas. Por esa zona hay también una pequeña colonia de manzanos silvestres, piruétanos dijo Tamajón. Sólo quedan 100 m a la cima, a la imponente roca con una diaclasa enorme también, pero con un desnivel del 38 % en este tramo en el que tenemos que escalar entre las rocas. Ya estamos arriba, una colonia de labiérnago, madroño y coscoja abrigan el estrecho sendero que rodea la roca por el norte.
Granito y a la izquierda las señales del sendero encima de la roca
Ya vemos en su amplitud el lago y Las Jaras
Ahora madroñal
Ahora estamos en una plataforma de roca delante de la que corona el cerro. El lago de la Encantada, que generó el arroyo de D. Lucas abajo y la urbanización. Al fondo Trassierra y Castripicón. Al oeste la Priorita y las solanas del Pilar. El alto de las Cabreras y El Romera, que nos señala el cauce del Guadiato. Por el noroeste las Cruces, y al norte los Riscos, rebeldes, inaccesibles, que modela el Guadanuño. Más al noreste Cerro Muriano y Torreárboles. Campo de Golf de los Villares, y los arroyos Villares y Picapedreros, con la torre vigía de la Miniya.
Los Riscos de Guadanuño desde la cima
Pepe en la losa de la cima
Al fondo las torres de comunicaciones del ayuntamiento, sobre el Cambrón, y las de Telefónica en la Urbanización de San Cristóbal. Luego en el horizonte que seguía nublado las Subbéticas entre la bruma. Más cerca el complejo de radiantes de RTVE y RTVA, del Lagar de la Cruz, y al sur el eucaliptus de la Soledad y la torre de RNE. Mucho pinar y verdor. A pesar de la sequía, peligrosa y amenazante, el campo está verde por el rocío, la abejas laboriosas a pesar de ser invierno. Una pequeña y esbelta lagartija se zampó de un bocado una hormiga que se había despistado por la losa plana de granito, donde la primera tomaba el sol.
La gran mole de granito de la cima
Quien suscribe en la losa
Pepe llegando al collado, en esta zona hay abundante garbanzillo
Fotos de rigor, disfrute de la perspectiva de 360º, y disposición para bajar. En este último tramos aún quedan las señales de cinta en algunos tallos de jara, se conoce que el que la quita no ha subido a esta cota, la bajada es más cómoda que la subida, no por las cuestiones lógicas sino porque es cuestión de ponerlos pies en el lugar adecuado. Nuevamente la colonia de piruétanos y el collado. Los restos del trabajo esforzado de los picapedreros. Dos pasos escurridizos, y el sendero principal se avistaba cerca.
Al frente el barranco del arroyo de los Arenales
En el inicio del collado se ve la cima inferior de 594 m.s.n.m. y Las Jaras
Zona de los piruétanos
Ahora ya estábamos en el camino que lleva, si lo hubiésemos seguido al escarpe norte y una cantera que hay en esa dirección. Un par de curvas y ya estamos en el principal que lleva al Raso, el de la derecha discurre circularmente para entrar a la urbanización por el norte, después de un espeso pinar, para pasar el sendero que, al derecha baja al Guadanuño. Nosotros estábamos ya en la casilla del peón caminero. Vehículo, y nuevamente la orquesta de los canes escandalosos, a los que mandó callar infructuosamente el dueño. Fin del trayecto y de la proeza (para mí) de los dos cerros de más de seiscientos metros de una tacada.
Señales en las rocas
Datos del Pedro López: Se inicia la subida de 1240 m. en la cota 455, en el Raso de Malanoche, a los 1,2 km. de la salida llegamos a la cota de 580 m. y en los 1,3 km. iniciamos la subida teniendo 100 m. casi llanos. El desnivel total es desde los citados 455 m. a los 659 m. un total de 194 m. que arroja un porcentaje medio del 15,64%.
Fotografías del autor y Goolzoom
Fotografías del autor y Goolzoom