Días atrás, después de haber visto en las paredes de algunas casas de la ciudad, placas conmemorando que, una procesión católica, perdón "manifestación de fe", pasó por allí -confluencia de Conde y Luque con Deanes y Buen Pastor-. De que se refugió otra, en la puerta del Compás de San Francisco, y alguna más. En el fondo sentí una cierta indignación por la colonización religiosa indiscriminada de las paredes de la ciudad, aún reconociendo la importancia que pueda tener para los promotores.
D. Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan
Foto de la invitación a la exposición conmemorativa de los cincuenta años de su muerte en 2015
En la calle Corral de Bataneros vi ésta dedicada a D. Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan, y pensé, un grupo de amigos a su amigo conmemorando los once años que vivió en Córdoba, porque no era nacimiento ni muerte sino años de vecindad. Después me interesé por el contenido y el personaje, y descubrí que muchas veces pienso a la ligera, no con las "manifestaciones de fe" que está meridianamente claro, sino con esta persona.
Tajo de las Figuras y una vivienda típica de la sierra, que sugería un modo
de vida parecido al del Neolítico. Fotografías tomada por J.Cabré en 1913.
D. Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan fue un insigne investigador, nace en Madrid 1872, y muere en un pueblecito de Cáceres en 1967, con 93 años (nada más que por su longevidad se merece una placa). Con 27 años (1899) obtiene una cátedra en el Instituto de Segunda Enseñanza, y aquí empezó su interés por la paleontología. Lo nombran Catedrático de la Academia de Ciencias, Letras y Artes de Córdoba. Por ese tiempo descubre el yacimiento de arqueociatos de Las Ermitas. Y eso que sólo estuvo once años en Córdoba.
"Pronto vinieron a realizar un estudio Juan Cabré y Eduardo Hernández-Pacheco, ayudándose de gente del campo como guías, publicando en 1914 "Avance al estudio de las pinturas prehistóricas del extremo sur de España", obra que muestra las cuevas del Tajo de las Figuras. El día del descubrimiento."
Muchos trabajos avalan su historial científico y sólo con poner su nombre aparecerán en la red de redes, con muchas fotografías aderezados, pues fue también un excelente fotógrafo. Por lo tanto esto es un reconocimiento a mi ignorancia supina, y prometo que haré la oportuna penitencia, la placa de D. Eduardo tiene merecimiento ciudadano de sobra, porque sin ella no me hubiera interesado por la obra del científico que merece la pena de sobra.
Fotos del autor, de Wikipedia y de apuntes.lasalle.es
Bibliografía de Wikipedia y apuntes.lasalle.es