Dibujo del almimbar cordobés según Félix Hernández
Cuando el otro día hablábamos del Mihrab de la Mezquita Aljama cordobesa, y de los muchos años que permaneció oculto entre las paredes de la Capilla de San Pedro, hasta que el Obispo Trevilla ordenó su desmontaje, no hablamos de un elemento muy importante dentro del poco mobiliario que tienen las mezquitas y que es, el almimbar o mimbar, según autores. Era una escalera movible, con cuatro ruedas, que se ubicaba en la cercanía del Mihrab.
El que se conserva en Marrakech
El muro de alquibla, inmediatamente detrás del lugar sagrado era, en la Mezquita de Córdoba, un muro doble que daba lugar a once recintos entre el exterior y el interior. Cinco a occidente y cinco a oriente y el Mihrab central. Desde el Sabat califal, el pasadizo que apartaba de las miradas de los súbditos al Califa, o de alguna cosa más peligrosa, al salir del Alcázar, había cinco recintos hasta salir a la macsura.
Desde otra perspectiva
La puerta de acceso era la inmediatamente a la derecha del Mihrab, por ella salía el Califa y sus cercanos, ocupando un recinto separado del resto de los fieles, separado por una torneada balaustrada de madera. Había otra puerta por donde se guardaba al Almimbar, ese mueble singular y único de las mezquitas. El almimbar era una especie de púlpito donde se subía el jatib o el propio Califa para echar el sermón de los viernes. Fue una llamativa obra de arte de los ebanistas cordobeses.
Un modesto almimbar
Suntuosa escalera de siete peldaños, cuya parte alta no se usaba, ya que estaba destinada en pureza, honor y recuerdo del Profeta. Por lo tanto los oradores no pasaban nunca del penúltimo peldaño. El almimbar de la Mezquita Aljama de Córdoba era, según los cronistas, espectacular. Una maravilla de maderas nobles; 36.000 incrustaciones de marfil, boj, aloe y sándalo, con herrajes de plata y bronce. Decían que dada su categoría se había tardado en la talla siete años. Ambrosio de Morales, nuestro testicular y fanático paisano, dicen que tuvo la suerte de verlo allá por el siglo XVI.
Otro más elaborado pero fijo
Para poder presumir de la calidad de los ebanistas cordobeses, decir que siglo y medio más tarde, se construyó otro destinado a la Mezquita de Marrakech, que fue terminado en 1143, a imagen de este de Córdoba, y que está hoy en día en el Museo del palacio Al-Badí de esa ciudad y tiene cuatro metros de alto. Todos los autores árabes elogiaron la riqueza del almimbar de la Mezquita de Córdoba, su decoración geométrica y fina marquetería. Este mueble trataba de asemejarse al púlpito donde se subió el Profeta que fue el tronco de una palmera.
El palacio museo de Al-Badí en Marrakech
Al Hakan II usó en un principio el almimbar de Abd al-Rahman II, pero decidió construir el suyo que superara el anterior. Luego el hermoso mueble sufrió de diversas vicisitudes, cuando entraron las tropas de Alfonso VII en 1146, lo dañaron y posteriormente aparecieron piezas suyas por el norte de África. Estuvo rodando por la Mezquita hasta el siglo XVII, según las crónicas, pero cuando se realizaron por esas fechas una series de obras en el templo, fue destruido en su totalidad y ya no se sabe de él.
Fotografías de Internet
Bibliografía de Internet.